Gaby Sosa trabaja activamente en la difusión de eventos folclóricos, por lo que es testigo directa del fenómeno de la música del chaco salteño. “Creo que es un poco como una ola de mar: sabemos que siempre está ahí, pero a veces golpea más fuerte y ahora está pasando eso, en el buen sentido; viene arrasando en todas las generaciones y se está viviendo este auge”, resaltó.
En su visión, nada fue de golpe. “Ha sido un trabajo muy minucioso, lento pero fuerte, para instalar este estilo que me tocó particularmente vivirlo con Christian Herrera, cuyos temas cantan desde chiquititos y los más grandes para que sus canciones se escuchen en todos los medios y lleguen a la gente. Son letras propias, no interpretaciones, que cuentan sus vivencias y su paisaje y llevan a la gente a viajar a su zona. Fue trabajándolo de a poco incluso durante el desafío de la pandemia, tratando de llegar a todo el mundo, hasta llegar a la explosión”, señala. Junto a este cantante, menciona como referentes a Coco Gómez, a Jorge y a Lucio Indio Rojas y a eventos como Morillo Canta a los Niños, Marca Borrada o el Trichaco con el Chaqueño Palavecino. Y en Tucumán, imposible no mencionar al ChacoPaluza, que tuvo una nueva edición hace una semana: “fue traer a la ciudad un poco del campo, junto con un toro mecánico para que la gente juegue y se divierta, y así incluir a la familia y a los niños; asimismo, darle la posibilidad a las bandas nuevas que por ahí no tienen la posibilidad de estar en festivales grandes de música tradicional argentina, con tradición y la fuerza de lo nuestro”.
Sosa refuerza la idea de que los temas de Herrera ya son cantados por “otros músicos jóvenes que las eligen para incluirlas en sus repertorios”.
Que no excluya al resto
Gonzalo Soraire creó su agencia ACV como un espacio para la promoción de músicos del NOA. “La renovación del género viene a partir de que la juventud está mucho más arraigada a la raíz y de que el folclore viene buscando renovar sus identidades más allá de lo que pasó en los 90 y lo hace con lo autóctono ante el avance de la globalización musical”. “Todo el mundo busca el éxito inmediato haciendo lo fácil, y el folclore también es marcado por las modas. Hoy hay que tener en cuenta que la música chaco salteña no excluya a la cuyana, con la tonada o la cueca, o al litoral que es puro chamamé, chamarrita, rasguido doble...”, alerta.
“Tucumán siempre fue más ecléctico en ese sentido que otras provincias de la región, pero se nota este fenómeno de un estilo que abarca amplias zonas de Salta, Formosa, Chaco, parte de Santiago del Estero, Paraguay y sur de Bolivia. En un momento, compartió con la chacarera y la zamba carpera, pero ahora tiene más presencia en solitario”, subraya.
Soraire menciona como rasgo distintivo las referencias al campo “con temas que bailaban nuestros abuelos”. “La zamba tucumana es muy consumida en cierto sector, o las copleras de nuestros valles que están cada vez más presentes y se van renovando. Todo el folclore tiene una diversidad enorme y en diferentes épocas van sobresaliendo más o menos. Ojalá nunca termine, aunque vaya mutando y cambiando con el correr del tiempo”, finaliza.